lunes, 15 de noviembre de 2010

Y AHORA... ¡¡AL AGUA!!

¿Eres de los que les gusta las actividades acuáticas? o ¿ quizás llevas a tu hijo regularmente a clases de natación? pues ahí van un par de consejitos...


     Estamos inmersos de pleno en el otoño y es una de las épocas de fuertes cambios de temperatura, humedad e incluso luminosos y a nuestro cuerpo le cuesta algún tiempo adaptarse a ellos. Nuestras mucosas y vías aéreas son presa fácil en estas épocas de bacterias y virus que aprovechan la humedad y el frío para instalarse y producirnos los incómodos cuadros que ya conocemos, fiebre, tos, estornudos, dolor corporal, etc. 


      Si eres practicante habitual de deportes de agua como el aquafitness o natación libre, o si tu hijo asiste a clases de natación, recuerda que para evitar cambios bruscos de temperatura y con ello resfriados o cuadros gripales, las instalaciones del centro deben tener el acceso a la zona de aguas desde el mismo vestuario y ambos deben estar con la temperatura adecuada para no pasar frío, ya que una vez salgamos del agua nuestro cuerpo estará mojado, lo que aumentará la sensación de frío, si no es así lo que conseguiremos es salir del agua que se encuentra entre 29 y 31 grados, para adentrarnos en un cambio brusco de temperatura perjudicial para nosotros y mucho peor para los más pequeños.


     Además sería recomendable, por razones de higiene, que los niños dispusieran de un vestuario y duchas propias y no compartidas con adultos.


Si estas condiciones se cumplen, no corres peligros especiales por practicar actividades acuáticas, pero recuerda, ante todo no te expongas a cambios bruscos de temperatura, de la piscina directo al vestuario.


Saludotes a todos.